mo parte de las celebraciones por el Día de la Diversidad Cultural Americana, y en una tarde soleada, se realizó el tradicional desfile de la comunidad boliviana por la Fiesta de la Virgen de Copacabana en pleno centro porteño.
Sol, colores, alegría, cultura y tradición. Los bailarines representan en su danza a un grupo de ancianos y avanzan por la avenida 9 de Julio en un baile pintoresco y a los tumbos. "Muchas veces nos hemos reído al ver esta danza de viejitos encorvados, con atuendos viejos y deformes, bastones extremadamente torcidos, que bailan agachados y de a ratos se quejan sobándose las caderas, caen rodando para volver a pararse quejándose y seguir el ritmo de alegres pinkullos o flautas. Sin embargo, el sentido original de la danza poco tiene que ver con estas apariencias", explica una mujer que pasaba acompañando la ceremonia.
Se trata de la danza Auqui Auqui o Achachila, una palabra de origen Aymará que significa hombre viejo, y encuentra su origen en los mestizos e indígenas que tomaron en la época colonial este baile como señal de protesta contra las autoridades españolas y el trato humillante que de ellas recibían. Siglos después, y en plena capital porteña, los bailarines aún bailan con esas jorobas simuladas en su espalda, para no olvidar que en aquel tiempo nadie podía acercarse a la presencia del soberano si no llevaba en la espalda una pequeña carga en señal de sumisión.