No hay dos (satélites) sin tres
Publicado: 30 Sep 2011 22:57
Actualidad. Basura espacial
No hay dos (satélites) sin tres
Marta Araujo - 26-09-2011
El telescopio ROSAT impactará contra la Tierra en octubre
Las probabilidades de que dañe a personas son más altas.
El aumento de las tormentas solares podría precipitar más satélites.
La basura espacial acumulada en órbitas en torno al globo terrestre se vuelve contra el planeta. Años después de la caída de la estación espacial MIR y a solo unos días del regreso del satélite descontrolado UARS perteneciente a la agencia espacial americana, ahora es un telescopio alemán llamado ROSAT el que caerá en el Tierra a finales de octubre. Y esta vez las probabilidades de dañar a personas son más altas.
El nuevo satélite convertido en proyectil es un telescopio espacial de rayos X fabricado en Alemania, pero enviado al espacio por la NASA en 1990. Su peso ronda las 2,5 toneladas y se espera que al menos 30 fragmentos del satélite, que suponen cerca de 1,6 toneladas, reentrarán en la Tierra a finales de octubre convertidos en meteoritos artificiales.
Fue desactivado en el año 1999 y desde ese momento está cayendo ya que cuando se construyó no se diseñó un sistema de propulsión a bordo que permitiese controlar a distancia esa caída. Y, como ocurrió la semana pasada con el UARS, la intensa actividad solar modifica su órbita de manera impredecible, con lo que de nuevo se desconoce dónde impactará y en qué momento.
Desde la Academia Nacional de Ciencias (NAS) ya se alertó de que la acumulación de basura espacial en la órbita terrestre (unos 22.000 fragmentos de aeronaves acumulados desde el comienzo de la carrera espacial) se estaba convirtiendo en un problema muy preocupante. Y es que desde los últimos seis años, no ha dejado de multiplicarse.
EL DESPIECE Y LA PROBABILIDAD DE ACCIDENTES
Desde el laboratorio encargado de la fabricación del telescopio explican que el sistema de rayos X, compuesto por espejos y un soporte mecánico de fibra de carbono, sería la pieza más pesada y por tanto la más peligrosa. Por un lado está el enorme tamaño de la estructura y por otro el riesgo de que sobreviva a las altas temperaturas al entrar en contacto con la atmosfera y no se desintegre.
Desde la NASA se calcula que las probabilidades de que hiera a alguien son pequeñas, pero mayores que las estimadas para el UARS. El porcentaje es de una entre 2.000, frente a la de una entre 3.200 del satélite americano, sin embargo ambas posibilidades han excedido el umbral considerado aceptable por la NASA, que se sitúa en una entre 10.000.
Y PUEDE NO SER EL íšLTIMO
La agencia espacial americana ha registrado nuevas llamaradas solares con intensidades comprendidas dentro del nivel más alto (X). Estos fenómenos se produjeron el pasado 22 de septiembre y el sábado 24. Pero no son las únicas llamaradas registradas: el astro rey ha tenido una gran actividad solar en las últimas semanas y ha producido más de una decena de llamaradas de clase media (M) y clase baja (C).
Los expertos advierten que aunque actualmente la actividad Solar está “tranquilaâ€, existe la posibilidad de una "inestabilidad de activos" solares estos días como consecuencia de las últimas llamaradas, lo que aumenta las probabilidades de que una eyección de masa coronal se dirija a la Tierra.
En su momento se alertó de que estas tormentas solares podrían haber sido las ‘culpables’ de la caída del UARS y probablemente también del ROSAT, por lo que no sería de extrañar que nuevos satélites artificiales se vieran también precipitados contra la tierra